La Iglesia católica está plagada de santos a quienes se rinde reverencia. Escuchamos de ellos desde niños y admiramos sus vidas perfectas, su conversión, su amor al próximo y su sacrificio por él; sin embargo, en la mayoría de los casos solo se trata de personas que fueron asesinadas por su religión (como tantos otros de otras religiones, incluso a manos de católicos) o, lo que es peor, de asesinos, estafadores, violadores (o todo esto junto) que más que canonización hubieran merecido varias cadenas perpetuas. 

Teresa de Calcuta es uno de estos personajes.

¿AMOR POR LOS POBRES O POR LA POBREZA?

Para cuando Teresa de Calculta (Agnes Gonxha Bojaxhiu) murió, se habían abierto 517 casas para pobres y enfermos con los millones que recibía de donación. Se esperaría que esas casas tuvieran lo necesario para cubrir las necesidades de quienes albergaban, pero no, solo eran casas de “acogida”, es decir, a donde iba la gente a sufrir. No tenían servicios básicos, carecían de higiene mínima y no brindan analgésicos a los moribundos ni alimentación a los pobres.

¿Por qué? Resulta que Agnes concebía al sufrimiento como la manera que su dios tenía de amar a las personas. Era una “caricia” que dios hacía llegar a los pecadores para que así entendieran que debían amarlo. Por eso no se atrevía a ir contra la voluntad de su dios y nunca se apiadó del sufrimiento ajeno. Se apiadaba de las almas pecadoras y las instaba a seguir sufriendo para convertirlas a dios.

Claro, esto en el “mejor” de los casos, porque si profundizamos en los donativos más bien podría sospecharse de lavado de dinero y estafa.

ESTAFAS Y LAVADO DE DINERO

Acceder a información oficial sobre el dinero recaudado por la organización de Agnes ha sido muy difícil. Como siempre, la Iglesia guarda bajo siete llaves estos secretos; sin embargo, los investigadores han contactado con personas cercanas a ella.

Susan Shields fue monja de la congregación de Agnes por 9 años. Ella relata que “Nos pasábamos la mayor parte del tiempo escribiendo cartas de agradecimiento y procesando cheques […] Las cantidades oscilaban entre 5 a 100 dólares […] Antes de Navidad, el flujo de donativos era incontrolable […] y los cheques de 50 000 dólares no eran nada extraños”.

Estas donaciones eran enviadas por quienes creían que era la mejor manera de ayudar a los más necesitados. Agnes sabía muy bien cómo manipular los sentimientos de culpa y pecado inducidos por su iglesia.

Pero los donantes no solo eran personas bienintencionadas, muchos habían amasado fortunas fuera de la ley y limpiaban sus conciencias e imágenes.

Charles Keating [link 1, link 2, link 3) fue encontrado culpable de estafar a miles de estadounidenses con 252 millones de dólares. Él donó 1,25 millones de dólares. Como agradecimiento, Agnes escribió al juez que lo procesaba invocando clemencia. El juez le respondió explicándole los motivos de la condena y pidiéndole que devuelva el dinero donado. Ella nunca lo devolvió.

Entre otros generosos donadores se encontraba el dictador haitiano Jean-Claude Duvalier [link 1, link 2, link 3], cuyo régimen alabó y de quien recibió el reconocimiento de la Legión de Honor Haitiana. Los contactos de Agnes con la derecha fascista no eran extraños pues estuvo ligada al Opus Dei y al Frente Nacional francés (partido neofascista dirigido por Jean Marie Le Pen).

Por si fuera poco, ella misma hizo campaña y recaudó fondos para los partidarios de Poglavnik (fundador y líder del movimiento fascista croata Ustasha) y respaldó a los paramilitares de Nicaragua.

MUCHO RUIDO Y POCAS NUECES

--- Nunca recogió pobres de las calles. Si le solicitaban ayuda, eran invitados a marcar el 102 (similar al 911) que era un teléfono para emergencias a cargo del Estado hindú.

--- Las ambulancias que recibía como donación nunca transportaron enfermos o pobres, sino que fueron utilizadas como movilidad particular de las monjas.

---  Aunque decía que alimentaba hasta a 9000 pobres diariamente, solo brindaba 300 raciones de sopa y únicamente a los pobres católicos y previa presentación de una tarjeta especial.

---  En el mundo, la mayoría de locales de la congregación no están destinados a la ayuda sino a la preparación de monjas. Sin embargo, dentro de esta preparación no se incluye conocimientos médicos ni de primeros auxilios.

--- Para que los niños sean ayudados por la congregación, los padres deben firmar la renuncia a su patria potestad. Los albergues son financiados por los futuros padres adoptivos; sin embargo, no poseen condiciones mínimas para los niños. Por ejemplo, en cada cama duermen hasta 3 niños, no son bien alimentados, no acceden a educación y no tienen un lugar para jugar.

---  Luego de desastres en la India (como las inundaciones y la explosión de una planta de pesticidas en Bhopal), Agnes no envió ni un dólar, solo oraciones y medallas de la Virgen. Lo mismo hacía en otros países.

Acá un video sobre ella.

DESTINO DE LAS DONACIONES

Debido al hermetismo acostumbrado de la Iglesia y sus órdenes, es difícil establecer el destino de los donativos; sin embargo, gracias a los testimonios y a algunos informes que la congregación ha emitido, se calcula que su presupuesto anual triplica al de la UNICEF..

Eva Kolodziej, polaca y misionera de la Caridad durante cinco años relata su experiencia en New York:

“En la bodega del sótano del refugio para indigentes [en New York], hay muchos libros valiosos, joyería y oro. ¿Qué hacen con ellos? Las hermanas los reciben con sonrisas y los guardan. Mucho de esto ahí queda sin servir y para siempre”.

También se sabe (por un informe elaborado por las propias misioneras) que en cuanto la organización logra establecerse en un país, la sede inmediatamente le retira el apoyo financiero. No hace falta pensar mucho para concluir que es una forma de “incentivar” la búsqueda de donantes ni para deducir que la mayor parte del dinero engrosa las arcas de Banco Vaticano.

DOBLE MORAL

A pesar de ser férrea defensora del sufrimiento como camino hacia su dios, Agnes nunca lo transitó. Cuando estuvo enferma jamás acudió a uno de sus albergues sino a lujosos hospitales.

La doble moral también se refleja en quienes, a sabiendas de lo que hizo esta mujer, siguen publicitándola como ejemplo de caridad y amor.

Más información en:

- Entrevista a Christopher Hitchens sobre Teresa de Calcuta.

- Artículos sobre investigaciones a Teresa de Calcuta.

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